Durante años, la gente se ha preguntado si las inversiones destinadas a combatir la pobreza y las enfermedades a nivel mundial han servido para algo. Nosotros, obviamente, creemos que sí.
Publicaremos este informe todos los años, de aquí al 2030, porque confiamos en que, al diagnosticar problemas apremiantes, plantear soluciones esperanzadoras, medir e interpretar resultados claves y difundir prácticas óptimas, contribuiremos a acelerar el progreso de la lucha contra la pobreza.
Este informe llega en un momento en que el compromiso del mundo para con el desarrollo está en entredicho. En nuestro propio país, el Congreso está hoy considerando cómo lidiar con los grandes recortes presupuestarios en materia de ayuda exterior planteados por el presidente. Otros países donantes presentan tendencias de reducción similares. Por su parte, la mayoría de los países en desarrollo deberían dar un paso más para priorizar el bienestar de su población más pobre.
En el 2015, los Estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que en su conjunto esbozan la forma que todos deseamos que tome el mundo en el 2030. No obstante, si no reafirmamos el compromiso que contribuyó al gran progreso logrado en la generación anterior, ese mundo que queremos nunca llegará a materializarse. Las autoridades de todos los países deben tomar medidas hoy mismo, para así encaminarnos hacia los objetivos que nosotros mismos fijamos tan solo dos años atrás.
Este informe, que contiene modelos elaborados por el Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud, da seguimiento a 18 datos de referencia incluidos en los ODS que creemos que son fundamentales para la salud y el bienestar de la población mundial. Acompañamos dichos datos con algunas de las historias que se esconden detrás de las cifras: sobre líderes, innovaciones y políticas que han desempeñado un papel fundamental en el progreso de varios países.
Las decisiones que tomemos colectivamente en los próximos años contribuirán significativamente a dar forma a las curvas de estas gráficas. Lo importante, naturalmente, no es la forma que tomarán las curvas, sino la realidad que representan: la posibilidad de que millones o incluso miles de millones de personas venzan enfermedades, salgan de la pobreza extrema y desarrollen plenamente su potencial.
– Bill & Melinda Gates
Si tuviera que elegir un solo parámetro para dedicarle toda mi atención, sería el número de niños que mueren cada año antes de llegar a los cinco años.
Ese número encierra una gran cantidad de información. La mortalidad infantil es indicativa del bienestar general y es también uno de los principales indicadores de progreso (o de la ausencia de este). Cuando uno habla con madres que han visto morir a un hijo, entiende perfectamente lo que ese número significa en términos humanos. ¿Acaso hay algo más importante que mantener vivos a los niños para que puedan prosperar y construir el futuro?
Si nos propusiéramos inventar el mecanismo más eficaz para devastar comunidades enteras y poner a los niños en peligro, tendríamos que inventar la mortalidad materna.
Afortunadamente, las soluciones existen. Para que todas las mujeres tengan acceso a estas soluciones, lo más importante es convencerlas para que den a luz en un centro de salud, donde recibirán atención obstétrica.
Tal vez la mejor forma de describir el verdadero alcance de la planificación familiar sería la siguiente: cumplir el objetivo en materia de planificación familiar aumenta las probabilidades de cumplir prácticamente todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Pobreza. Mortalidad materna. Mortalidad infantil. Educación. Equidad de género. Todas estas categorías mejoran cuando las mujeres pueden planificar sus embarazos para estar física y económicamente preparadas para la llegada del bebé.
Cuando la epidemia del sida estaba completamente fuera de control, la gente decía que asistir a funerales era un acontecimiento rutinario, como preparar el desayuno o ir al trabajo.
A inicios de los 2000 se destinó una gran inversión a escala mundial para combatir la crisis. Nunca se había dado un impulso de tal magnitud en materia de salud mundial en el suministro de productos y servicios clínicos a las personas que los necesitaban.
La pobreza no es solamente la falta de dinero. También es la falta de acceso a los servicios financieros que permiten a los pobres utilizar el dinero del que disponen para mejorar sus vidas.
Esta es la razón por la cual la comunidad comprometida con el desarrollo ha intentado promover la inclusión financiera, es decir, brindar acceso a los casi dos mil millones de personas que viven fuera del sistema financiero formal a cuentas corrientes y servicios bancarios como créditos y seguros.
El retraso del crecimiento es uno de los parámetros de salud más reveladores y complejos a escala mundial.
Se consideran niños con retraso del crecimiento aquellos que por un número determinado de centímetros no llegan a la estatura que les correspondería por edad. Pero lo que en realidad nos preocupa no es cuánto mide un niño, sino que el retraso del crecimiento es un indicio de algo mucho más importante.
Para alcanzar la meta propuesta, muchos países tendrán que prosperar a una mayor velocidad y distribuir su riqueza de forma más equitativa. A fin de cuentas, el objetivo es «poner fin a la pobreza en todas sus formas», por lo que no debemos conformarnos únicamente con garantizar un salario que permita la subsistencia.
Como dicta la misión de nuestra Fundación, debemos pugnar porque todas las personas puedan llevar una vida saludable y productiva.
Los niños con retraso del crecimiento serán menos sanos y productivos durante el resto de sus vidas, y los países con mayores índices de retraso del crecimiento serán menos prósperos.
Abordar el retraso del crecimiento no es tarea sencilla debido a que se origina por muchos factores diferentes, pero los expertos han recopilado pruebas empíricas sobre las estrategias que funcionan, y se ha demostrado que la combinación de intervenciones en materia de salud básica y nutrición reduce de forma significativa el retraso del crecimiento.
Nos hemos comprometido a publicar este informe todos los años de aquí al 2030. Al reflejar por escrito lo que se puede conseguir, queremos servir de fuente de inspiración para los líderes y ofrecerles ideas contrastadas que podrían adoptar para ser más eficaces.
Este informe analiza dieciocho de los 232 indicadores de los ODS. A continuación presentamos las fuentes de los datos que se incluyen en las gráficas. Proporcionamos también información adicional en los casos que requieren una explicación más detallada sobre el mecanismo de medición empleado por el Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés). Las metas mundiales para el 2030 que se incluyen en las gráficas reflejan el progreso que se pretende alcanzar. Mientras que algunos de los indicadores de los ODS contienen metas que pueden cuantificarse a escala mundial (como la mortalidad materna), otros incluyen metas que solo pueden cuantificarse por país (como la mortalidad infantil y neonatal) y que hemos extrapolado a escala mundial; para los indicadores de afecciones como el VIH, la malaria y la tuberculosis, nos hemos servido de las metas fijadas por la OMS para el 2030.
Homi Kharas, Brookings Institution, correspondencia personal, julio del 2017.
Los datos mundiales para las hipótesis Proyección actual y Si progresamos provienen de las siguientes fuentes:
2005 y 2008: Fondo Monetario Internacional, «Encuesta de acceso financiero», http://data.imf.org/FAS
2011 y 2014: Banco Mundial, «Base de datos sobre la inclusión financiera en el mundo (Global Findex)», http://datatopics.worldbank.org/financialinclusion/
Del 2015 en adelante: Manyika, J., Lund, S., Singer, M., White, O. y Berry, C., «Digital Finance for All: Powering inclusive growth in emerging economies», McKinsey Global Institute, septiembre del 2016. http://www.mckinsey.com/global-themes/employment-and-growth/how-digital-finance-could-boost-growth-in-emerging-economies
Field, E., Pande, R., Rigol, N., Schaner, S. y Moore, C. T., «On Her Account: Can Strengthening Women’s Financial Control Boost Female Labor Supply?», 15 de noviembre del 2016. http://scholar.harvard.edu/files/rpande/files/on_her_account.can_strengthening_womens_financial_control_boost_female_labor_supply.pdf
Jack, W. y Suri, T., «The long-run poverty and gender impacts of mobile money», Science, 9 de diciembre del 2016. http://science.sciencemag.org/content/354/6317/1288
Las estimaciones son obra del Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, que emplea las siguientes metodologías: Para formular las hipótesis Si progresamos, se fijan las tasas de evolución en el percentil 85 de las tasas históricas medias de evolución anual de todos los países. Para formular las hipótesis Si retrocedemos, se fijan las tasas de evolución en el percentil 15 de las tasas históricas medias de evolución anual de todos los países. La proyección actual se basa en las tendencias anteriores. Para más información sobre los datos del IHME, consulte http://healthdata.org/globalgoals y GBD 2016 SDG Collaborators, «Measuring progress and projecting attainment based on past trends of the health-related Sustainable Development Goals in 188 countries: an analysis from the Global Burden of Disease Study 2016», The Lancet, septiembre del 2017.
Información adicional sobre las definiciones que emplea el IHME para los siguientes indicadores:
ENFERMEDADES TROPICALES DESATENDIDAS
El IHME calculó la prevalencia de las siguientes quince enfermedades tropicales desatendidas por cada 100 000 personas, cuantificada actualmente en el estudio titulado «Carga mundial de enfermedades»: tripanosomiasis africana humana, enfermedad de Chagas, equinococosis quística, cisticercosis, dengue, trematodiasis de transmisión alimentaria, dracunculosis, infecciones por nematodos intestinales, leishmaniasis, lepra, filariasis linfática, oncocercosis, rabia, esquistosomiasis y tracoma.
ATENCIÓN MÉDICA UNIVERSAL
Calculada a partir de un índice de atención médica universal que cuantifica la cobertura de nueve intervenciones con trazadores y las tasas de mortalidad ajustadas al riesgo de treinta y dos causas susceptibles de afectar la atención médica personal. Las intervenciones con trazadores observadas incluyen la cobertura de vacunación (tres dosis de DTP, la vacuna contra el sarampión y tres dosis de la vacuna antipoliomielítica oral o inactivada), la satisfacción de la demanda de métodos anticonceptivos modernos, la prestación de atención médica prenatal, la presencia de personal cualificado en los partos, la tasa de nacimientos en centros de salud y el acceso a tratamiento antirretroviral por parte de personas que viven con el VIH. Las treinta y dos causas susceptibles de afectar la atención médica personal incluyen la tuberculosis, enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias de vías bajas, infecciones respiratorias de vías altas, la difteria, la tos ferina, el tétanos, el sarampión, trastornos maternos, trastornos neonatales, el cáncer colorrectal, el cáncer de piel no melanoma, el cáncer de mama, el cáncer cervicouterino, el cáncer testicular, el linfoma de Hodgkin, la leucemia, la cardiopatía reumática, la cardiopatía isquémica, enfermedades cerebrovasculares, la cardiopatía hipertensiva, la úlcera péptica, el apendicitis, la hernia, la colecistopatía, la epilepsia, la diabetes, la nefropatía crónica, la cardiopatía congénita y las reacciones adversas a tratamientos médicos.
El IHME colocó estas cuarenta y una variables en una escala del 0 al 100, en donde 0 representaba los peores niveles observados entre 1990 y 2016, y 100, los mejores niveles observados. También se calculó la media aritmética de las cuarenta y una variables para obtener una visión de una amplia gama de servicios esenciales de salud, como la atención médica reproductiva, materna, neonatal e infantil; las enfermedades infecciosas; las enfermedades no transmisibles, y la capacidad de los servicios y el acceso a ellos.
VACUNACIÓN
Las estimaciones del IHME se concentraron en las siguientes vacunas: la vacuna DTP (tres dosis), la vacuna contra el sarampión (monodosis), la vacuna antituberculosa, la vacuna antipoliomielítica (tres dosis), la vacuna antihepatítica B (tres dosis), la vacuna contra el Haemophilus influenzae de tipo B (Hib, tres dosis), la vacuna antineumocócica conjugada (tres dosis) y la vacuna antirrotavírica (dos o tres dosis). El IHME parte de la media geométrica de la cobertura de esas ocho vacunas, calculada en función de su inclusión en los calendarios de vacunación de un país determinado.
SANEAMIENTO
El IHME calculó el número de hogares con tuberías de saneamiento (con acceso a redes de alcantarillado), el número de hogares con instalaciones de saneamiento mejoradas pero sin conexión al alcantarillado (letrinas de pozo, letrinas mejoradas de pozo con ventilación, letrinas de pozo con losa, letrinas de compostaje) y el número de hogares sin instalaciones de saneamiento mejoradas (inodoros sin tuberías de descarga a alcantarillado o tanque séptico, letrinas de pozo sin losa o de pozo abierto, letrinas de cubo, retretes o letrinas colgantes, retretes compartidos o sin retretes), conforme a las definiciones del Programa Conjunto de Monitoreo.
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